El taller de Rolf Schaffner es un „espacio libre“. El cielo es el techo y la tierra es el suelo. Aquí al lado de su casa en Santanyi/Mallorca nacen sus esculturas de piedra. Esculturas delgadas, elevadas o yaciendo, de piedra pulida o áspera se presentan a las miradas tientas de los visitantes interesados. Pero recién tocandolas con la mano se comprende mejor la belleza y el secreto de las piedras.
El vocabulario de formas de Schaffner es evidente y para nada manierista: el cuadrado, el rectángulo y el circulo.
Muchas veces las estelas están agrupadas y forman un grupo homogéneo, causando una sensación de ritmo, medida, proporción y armonia. La cercania a la naturaleza no excluye la perfección artistica.
Cada piedra trabajada demuestra el diálogo del escultor con la materia, con el
espacio y el espectador.
Las palabras de Schaffner a través de la piedra nos hacen olvidar la inconstancia de lo
existencial y nos permite por un instante ver la Eternidad.